El/la obstetra ideal no existe…

Durante el embarazo, muchas mujeres se afanan por elegir a un “buen obstetra”. Pero, ¿qué es realmente un buen obstetra? Esa respuesta no es universal. Dependerá de lo que cada madre valore, espere y desee vivir durante su embarazo y el nacimiento de su bebé.

Para algunas, un buen obstetra es quien ofrece seguridad médica y control absoluto. Para otras, es quien escucha, explica, respeta los tiempos del cuerpo y acompaña sin imponer. Y ninguna visión está mal, siempre que sea coherente con lo que tú necesitas y te haga sentir tranquila.

Lo importante es que los criterios profesionales del obstetra estén en sintonía con tus preferencias personales. Si sueñas con un parto respetado, libertad de movimiento, contacto piel con piel o una experiencia menos medicalizada, necesitas un profesional que no solo lo “tolere”, sino que crea en ello tanto como tú.

El obstetra es una de las personas que más puede influir en construir o destruir tu confianza. Su actitud puede ser la diferencia entre un nacimiento vivido desde el miedo o desde la calma. Y, en muchos casos, contar con su apoyo dentro de la clínica puede abrir espacio a la flexibilización de protocolos que de otro modo serían difíciles de negociar.

Elegir con quién parir es elegir en quién confiar. Y en el nacimiento, la confianza no se improvisa: se siembra desde el primer encuentro.