Planear o fluir?
Reflexiones sobre el equilibrio entre la preparación y la entrega durante el nacimiento
Leiko Hidaka
10/27/20251 min read


Hay mujeres que llegan al parto con un plan detallado, y otras que prefieren dejar que todo fluya. Algunas sienten seguridad al definir cada paso; otras encuentran paz en la entrega. Y entre esos dos extremos se mueve una de las decisiones más profundas de la maternidad: ¿realmente necesitamos saber exactamente lo que queremos para el nacimiento, o basta con conocer las opciones y confiar en el camino?
Durante el embarazo, muchas mujeres sienten la presión de “tenerlo todo claro”: cómo quieren parir, con quién, dónde, en qué posición, con qué música o sin ninguna. Parece que si no tienes un plan definido, algo falta. Pero el nacimiento no siempre responde a los planes; responde a la vida.
Saber exactamente qué quieres puede darte calma, pero conocer tus opciones te da libertad. Porque el parto no es un examen que se pasa siguiendo instrucciones, sino una experiencia que se vive con presencia y conciencia. Y cuando entiendes qué significa cada intervención, cada decisión, cada alternativa, puedes moverte con confianza incluso cuando el camino cambia.
No se trata de “controlar” el nacimiento, sino de estar despierta dentro de él. De poder decir “sí” o “no” desde la comprensión, no desde el miedo. De soltar la idea de que hay un único camino correcto, y abrazar la certeza de que tú sigues siendo la protagonista, aún en medio del imprevisto.
Así que no te preocupes si todavía no sabes con exactitud cómo quieres que sea tu parto. Empieza por conocer, por preguntar, por sentir. El conocimiento abre puertas; la confianza las atraviesa. Y el nacimiento, más que un plan, es un viaje: uno que se recorre mejor con información en la mente, y calma en el corazón.
